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Mentiras recurrentes


Seguimos con el trauma con la victoria de Donald Trump y los acostumbrados señalamientos a la generación actual. No tardaron las vestiduras rasgadas diciendo que el ascenso del rey de los "red necks" al poder era consecuencia de tantas horas en YouTube, de tuits sin sentido, de memes incomprensibles para quienes tienen más de cuarenta. Nuevamente la vieja cantaleta de achacar las desgracias actuales a quienes solo surfean con ligereza las consecuencias de los errores y carencias morales e intelectuales de las generaciones pasadas.
Nos volvemos a dar con esa misma piedra. La misma arrogancia y ceguera que llevó a tipos como chavez, evo, erdogan, kirchner y martinelli al poder (minúsculas por siempre intencionales). La misma que hace que nicolás maduro siga como presidente. Esa que no nos deja estudiar, evaluar y predecir al chavismo como fenómeno social pero que deja que ellos nos hayan estudiado, evaluado y predicho a niveles escalofriantes. La misma que nos dijo que Venezuela es el mejor país del mundo y que no nos hacía falta nada. 
Se que no soy el primero que lo dice pero podemos comenzar derrumbando nuestros mitos. Para mi, estos son algunos:

La dirigencia de oposición está mucha mejor preparada que el chavismo: Tenemos que definir qué es estar preparados. Si se refieren a cursar estudios en Harvard, Oxford, Cambridge y Yale, les informo que una cosa es el conocimiento y otra es la sabiduría. Una cosa es el saber y otra es la inteligencia. Podemos tener miles de doctores y PhD en la dirigencia pero son completamente inútiles al no poder usar esos conocimientos con inteligencia para enfrentar rivales, en teoría, menos preparados académicamente. El problema es que han sido incapaces de llevar ese saber a la práctica. Y para pesar del país, el chavismo si lo ha hecho. Precisamente, se aprovechó de que la oposición los subestimara tanto. Tu no puedes llamar bruto a alguien que consiguió y mantiene por tantos años, algo que siempre has querido pero nunca logrado. Con todos esos altos estudios, no pudieron conectarse con el sentir de la gente y aún les cuesta muchísimo. Porque lamentablemente, la empatía no la venden en farmacias.

El discurso de la oposición es más coherente que el del chavismo: No. Tal vez en algunos voceros sí lo sea, pero son rarezas. El chavismo no es una ideología. Es un modus operandi donde unos cuantos sacan provecho de la minoría para controlar todos los recursos y quedarse con la mayor parte mientras dan unas cuantas dádivas, nunca antes vistas, a una mayoría que los amará por el regalo, aunque eso signifique quitárselas a quienes se las han ganado con trabajo. Eso venden, eso venderán por los siglos de los siglos. Todo el mundo sabe a que atenerse con ellos.
17 años después, la oposición ni siquiera se atreve a decirnos lo que harán con el control de cambio. Ni mucho menos asomar cualquier cosa que huela a capitalismo liberal. No se puede confiar en quien no te dice mucho de sí mismo.

Los medios: Chavez dominó a su antojo al país con buenos números en popularidad, con la mayoría de los medios en contra. Ahora nicolás sigue mandando con la gran mayoría de los medios comprados o autocensurados y con una muy baja popularidad. Los grandes medios de comunicación dejaron de ser una referencia para la opinión pública real, esa que decide elecciones, que le aburren los articulistas sesudos y adornados, la que solo busca la noticia que de verdad le interesa. Lo mismo sucede con las redes sociales. Twitter se ha convertido en una especie de pueblo fantasma. No porque nadie la use. Sino por la grosera cantidad de bots y perfiles falsos buscando tapuzarnos de ideas prefabricadas que no tienen nada que ver con lo que la gente comenta en la calle. Un espacio donde los seres reales escasean. Vemos torpemente como incluso hasta se paga por tuits a "influencers" por decir una y otra barbaridad pero que no tiene ningún impacto en lo que se habla en los buses o el metro. Se venden imágenes pulcras en Facebook e Instagram que no corresponden a personas reales. Solo muñecos que repiten una consigna que ya no cala por el alto manoseo. Ni hablar de muchos articulistas que pasaron al olvido popular. Todos estos condenados a solo ser vistos y leídos por un entorno específico y cerrado. La endogamia de los altos análisis socio y geo políticos donde solo nos vemos el ombligo y las apariencias de los nuestros. Sin mirar más allá de la próxima cuadra.

Conoce a tu enemigo mejor que a ti mismo. También conoce a los tuyos. Sus aspiraciones, sus sueños, sus deseos, sus simpatías y sus rencores. Sin ese detalle, el cambio no pasa de ser una consigna vacía y acartonada. Si me preguntan a mi, diría que primero tenemos que cambiarnos a nosotros mismos. Pasa por dejar de decirnos tantas mentiras. A ver si Venezuela comienza a ser un país de verdad y no un territorio con playas bonitas y el Salto Ángel. Por si queremos de verdad dejarle algo a las generaciones que hoy satanizamos por nuestros errores.