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La FVF y Venezuela. Unidas por el mismo drama

No importa cómo se ponga, no importa cómo se adorne o se justifique. La eliminación de Venezuela del Mundial 2014 es un rotundo fracaso. Y como todo fracaso termina siendo huérfano. Nadie es responsable de las derrotas, todos son dueños de las victorias.

La FVF y sus circunstancias me resultan idénticas a las de Venezuela como país. Por ejemplo: La FVF solo tiene un producto resaltante que exhibir y es La Vinotinto. Venezuela solo tiene un producto que ofrecer y es el petróleo.

La liga local no ha podido ser un producto rentable y los equipos pasan penurias tan iguales a las de cualquier institución venezolana. A los equipos les resulta imposible hacer planificaciones a mediano y largo plazo. La incertidumbre por las condiciones económicas, infraestructuras cuestionables e incapacidad gerencial y organizativa son los mismo males que afectan al ciudadano que ante el monstruo de la inflación y constantes devaluaciones se le hace descabellado contar con capacidad de ahorro, inversión y manejo del presupuesto familiar con miras a futuro. Vivimos del “como vaya viniendo vamos viendo”.

En medio de todo esto una dirigencia enquistada y obsesionada con el poder. Esquivel es el Chávez del futbol venezolano, con Maduro como extensión decadente. Cesar Farías es solo una consecuencia de esta concepción egoísta y ególatra del poder. Donde son más importantes los acuerdos con agentes para hacer convocatorias e inflar fichas de jugadores, contratos con empresas organizadoras de partidos, los pactos con gobernadores para hacer los partidos en ciertos estadios y de último, lo que de verdad importa: el éxito de la selección. 

De la misma forma en Venezuela donde importa más la propaganda, tomarse fotos en escuelas y hospitales recién pintados pero sin insumos, los aliados a quienes se les regala dinero a montones, el desastre y quiebra de la industria nacional para acusarlos de especuladores y la cacería ficticia de corruptos, el culpar a otros de los errores propios y de último, el desarrollo del país.

Esquivel, al igual que Chavez y Maduro, lograron controlar los mecanismos electorales para disfrute personal. El CNE funciona como un ministerio más, con rectores sumisos y serviles al régimen. En la FVF, las asociaciones y clubes votan por una sola opción, una sola plancha, el resto de amagan con presentarse sucumben ante deserciones o arreglos monetarios. Los votos de las asociaciones se aseguran con entradas y viajes a partidos de la selección fuera de nuestras fronteras, a quienes no se les puede comprar con regalitos se les cambia, unos cuantos votan porque solo siguen la corriente sin querer meterse en polémicas. Los clubes votan algunos por complicidad, otros coaccionados por la amenaza de entorpecer sus trámites para seguir en competencia. Otros porque no hay alternativas. Al mismo tiempo las elecciones de las asociaciones se realizan sin el más mínimo respeto por las formalidades legales, presidentes como el de la Asociación de Carabobo que son reelectos sin presentar memoria y cuenta o la falta de registros de la totalidad de los clubes de las regiones. Tuve la oportunidad de participar en dichas elecciones este año y el espectáculo es bochornoso. Pero al final con un sonoro aplauso todos celebran la destrucción de la cultura futbolística y hoy lamentan que no iremos al Mundial de Brasil. Tan igual a como con nuestra indolencia solo nos importa ganar elecciones, gritar “no volverán” mientras mueren nuestros hijos, hermanos y padres por la delincuencia, tenemos la inflación mas alta del mundo y la palabra “desarrollo” es un chiste.

Esquivel seguirá en el mando de la FVF muchos años más. Aunque ahora funcionarios rojos quieran hacerse pasar por jueces pidiendo su cabeza, para todos son obvios los tratos tras bastidores. 10 años tienen ofreciendo el Centro de Alto Rendimiento en Margarita. ¿Y ahora el gobierno no sabe nada de eso?

Demás está decir que el gobierno nacional no puede intervenir en la FVF ya que acarrearía una desafiliación inmediata de la FIFA. Así sus golpes de pecho no son mas que show electoral politiquero.

El radicalismo bobo que abunda en el país también se metió en esto. Ahora pedir la renuncia de Farías significa ser oficialista. En una oportunidad fui insultado por opositores radicales por sumarme a esta petición. Así de mal estamos. Vamos, pedirme que defienda a Farías porque fue confrontado por el infame Pedro Carreño es como pedirme que defienda a Edgardo Parra por su problema personal con el gobernador fantasma Ameliach.

Quien daña nuestro futbol? Nos faltan dedos para señalar suficientes personajes. Pero estoy seguro que el daño es producto de lo mismo que daña a Venezuela entera: nuestra frialdad, nuestra indolencia y nuestro egoísmo. Cuando miremos nuestro norte, establezcamos nuestras verdaderas prioridades, el país que de verdad debemos ser para crecer y evolucionar, pasarán las mejores cosas. Y la clasificación al Mundial solo será una de las tantas y gratas consecuencias de esto.