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Creer o no creer

      Arranca el mes de Agosto y junto con el se marca el inicio de la mayoría de las ligas alrededor del mundo. Si bien es cierto que muchos se apasionaron con el mundial, otros, tanto jugadores, directivos e hinchas se tomaron un descanso y un tiempo para repensar, organizar y planificar lo que se viene para este torneo Apertura 10.
      Con respecto a nuestro Carabobo F.C. se vive un clima de cambio. Es normal que durante este tipo de situaciones sintamos ansiedad, dudas, escepticismo y en otros casos la aspiración a que por fin ocurra lo que tanto buscamos y cambie nuestra historia reciente.
      Existe esta sincera voluntad cuando vemos la contratación de un DT como Nino Valencia, que con su juventud y corta experiencia busca darle un nuevo aire y una nueva visión e identidad a un equipo que en las últimas 3 temporadas había sucumbido a la decadencia luego de ser un habitual invitado a torneos internacionales.
      Esta búsqueda de un renacimiento, de la mano de incorporaciones interesantes, unas cuestionadas y otras con la mejor de las expectativas se centra en recuperar ese sitial de contendiente real aunque sin prometernos una estrella. Se buscó lo necesario sin grandes nombres, tomando en cuenta lo precario del presupuesto y la escasez de estrategias de mercadeo y negociación que sirvan para conseguir patrocinantes e inversionistas interesados e identificados con nuestro estado para darnos el título de deporte profesional de conjunto que más años hemos tardado en volver a lograr. Campeones de la Liga Profesional de Fútbol de Venezuela.
      Ahora bien. ¿Qué aspiramos nosotros, quienes estando en las tribunas o en la distancia apoyamos a este equipo por encima de sus individualidades, ya sean jugadores o directivos? Muy particularmente quisiera ver un cambio sustancial en lo que es la visión del equipo. Desconozco cual es la visión planteada en la razón de ser de la asociación civil. Pero la mía es ver a mi equipo convertido en un referente de nuestro país, gracias al desarrollo integral de los integrantes del equipo, que permita cosechar victorias y títulos y ser reconocido a nivel internacional gracias sus constantes y exitosas participaciones en competencias internacionales. ¿Suena ambicioso? ¿Fantasioso? ¿Demasiada aspiración? ¿Que quieres que haga si no me gusta la mediocridad?. No me gusta pensar en que somos un equipo de mitad de la tabla que se arma todos los años pensando en la austeridad que nos embarga. También confieso que algo se me atraviesa en la garganta y me paraliza la lengua cuando tarareo una canción y llego a la parte donde dice: otra vez en primera nos vamos a quedar. Cierto no es mi favorita, ni de lejos ni de cerca. Es como si hubiera entrado en la universidad aspirando a pasar con 10 todas las materias. No puedo con eso y ya. O aspiro a una cosa o a la otra.
      Si vamos a esta batalla con la aspiración de sobrevivir, estamos fregados antes del pitazo inicial. Los ganadores van con el éxito las copas tatuadas en el alma. Solo luchan para darle forma física y tangible.
      Y aquí entra el tema de lo que es el creer. El poder de la creencia. Creer en lo que hacemos y en nuestras metas, y sobre todo creer de corazón que si son posibles. Sin eso no tenemos nada. Es tener la firme creencia de que si podemos ser grandes. Y si no crees en eso entonces no puedes estar en esto. Sabemos que es difícil asimilar estas palabras tomando en cuenta nuestro pasado reciente. Y a muchos se les hará más sencillo escuchar y ver lo negativo de lo que se vaya haciendo con cuestionamientos. Para q lo vamos a hacer si no nos van a parar? Ya eso se hizo y no paso nada. Siempre nos la pintan bonito al principio del torneo y luego comienzan los problemas, que no hay dinero, que si el estadio en mal estado, que la gente no va y que seguro que el próximo partido nadie quiere ir si perdemos hoy, que no hay inversionistas, que la directiva no sirve, que el director técnico no sabe donde esta parado. Todo esto es chocante pero forma parte de nuestras creencias cotidianas. La pregunta interesante es: nos ha servido de algo pensar tanto en los problemas y ser genios en descubrirlos? Sirve de algo ser analítico para los inconvenientes? Y aquí te va la pregunta más chocante de todas: cuando fue la última vez que desde tu lugar y tu función hiciste todo lo que se podía y lo que no para que este proyecto saliera a flote? Cuando fue la última vez que en lugar de lanzar una acusación te sentaste a planificar acciones que ayudaran a mantener este proyecto a flote? No hablo de hacerlo de vez en cuando? Sin pensar en individualidades ni en la gloria personal ni mucho menos en intereses sectarios. Sabemos que es difícil mantener ese nivel de trabajo. Pero sabes que? Nos toca.
      También debemos saber que mucha gente nos aconsejara diciéndonos que lo dejemos asi que no nos molestemos. Y peor aún, muchos de tus consejeros de turno esperaran con ansias el fracaso de tu iniciativa solo por la satisfacción que da el ser sabio para decir: "Te lo dije, ¿viste que no se podía?". Nos lo dirán mil veces. Hay gente que pareciera que existe solo para recordárnoslo. Será así en todas las cosas que nos toque enfrentar en esta aventura. Ya sea como seguidores, columnistas, hinchas, directivos, jugadores, utileros, cuerpo técnico y hasta los recoge pelotas.
      Pero les diré algo. Todo equipo grande es capaz de sortear esto. Es capaz de aprender constantemente de las experiencias y avanzar en su evolución. No desechando ninguna posibilidad. Considerar que quizás una buena idea quizás no funcionó porque no fue aplicada o desarrollada correctamente pero podría resultar. Compartir esa visión de grandeza requiere un compromiso real entre todos los que estamos dispuestos a apoyar esta idea.
      Aún podemos considerarnos un equipo joven. Podemos construir una gran historia entre todos. Bienvenidas sean todas las ideas. Es posible. Somos Carabobo, tierra de campeones.  ¡Créetelo!.
      Ruben Villegas